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Hipertensión en embarazo puede ser un factor de riesgo de TEA

Hipertensión en embarazo puede ser un factor de riesgo de TEA

 

Los trastornos del espectro autista (TEA) son un síndrome del desarrollo neurológico que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta el comportamiento de la persona (conductas rutinarias o repetitivas), la interacción con otras personas, la comunicación y en el aprendizaje. Se le llama “trastorno del espectro” porque los síntomas que se pueden presentar las personas pueden variar. Dentro del TEA se incluye el síndrome de Asperger.

Las causas del TEA son desconocidas, investigaciones han sugerido que tanto los genes como los factores ambientales, juegan un rol importante. Tampoco existe un tratamiento estándar, pero hay muchas maneras de maximizar la capacidad del niño para crecer y desarrollar habilidades. Para esto es importante la detección oportuna, ya que entre más rápido se trate esta condición, mayores son las probabilidades de tener más efectos positivos en los síntomas y las aptitudes. Los tratamientos pueden incluir terapias de comportamiento y comunicación, desarrollo de habilidades y/o medicamentos para controlar los síntomas.

La prevalencia global indica que 1 de cada 160 personas tiene algún tipo de TEA, algunas investigaciones bien controladas han registrado cifras mayores y según estudios epidemiológicos, durante los últimos 50 años la prevalencia mundial de estos trastornos parece estar incrementando. En México un estudio reveló que la proporción es de un niño por cada 115. Además, se reveló que la mayoría de los niños con alguna condición ubicada dentro del espectro autista, fueron detectados en escuelas regulares, sin que nunca hubieran sido diagnosticados.

Diversos investigadores han estudiado la influencia de las exposiciones prenatales en el desarrollo del TEA. Los trastornos hipertensivos del embarazo cubren un amplio espectro de condiciones, incluyendo la hipertensión crónica (pre-existente), preeclampsia, eclampsia y la hipertensión gestacional, estas condiciones están asociadas con una mayor mortalidad y morbilidad fetal. Estudios han demostrado que los fetos expuestos a los trastornos hipertensivos del embarazo, tienen una mayor susceptibilidad a múltiples trastornos del neurodesarrollo, como deterioro cognitivo, depresión, esquizofrenia e incluso riesgos mayores de accidentes cerebrovasculares.

Se ha explorado la asociación entre trastornos hipertensivos del embarazo y los trastornos del espectro autista, en un estudio se observó que los niños con TEA tenían el doble de probabilidades de haber estado expuestos en el útero a la preeclampsia. Para determinar si este tipo de estudios respaldan la asociación entre el trastorno hipertensivo del embarazo y el riesgo de autismo en el bebé, se realizó un metanálisis. En éste, se analizaron estudios publicados en el periodo de 2009 a 2017 que indicaron la incidencia de autismo e hipertensión del embarazo, y mostraron que la exposición al trastorno hipertensivo del embarazo se asocia con un aumento del 42% de probabilidades de padecer TEA.

Es por eso que se hace énfasis en la detección oportuna y ahora, en la identificación de los bebés que pueden tener mayor riesgo de padecer autismo. A continuación te dejamos algunas señales de advertencia de los trastornos del espectro autista:

Comunicación:

  • No responde a su nombre a los 12 meses
  • No puede explicar lo que desea
  • No sigue las indicaciones
  • A veces parece oír, pero otras veces no
  • No hace señalamientos (por ejemplo “adiós” con la mano)
  • Solía decir pocas palabras o balbucear pero ya no lo hace

Conducta social:

  • No sonríe cuando alguien le sonríe
  • Hace poco contacto visual
  • Prefiere jugar solo
  • Solamente toma cosas para sí mismo
  • Es muy independiente para su edad
  • Parece estar en su “propio mundo”
  • Parece no prestarle atención a la gente
  • No le interesan los otros niños
  • No trata de llamar la atención de los padres

Conducta estereotipada

  • Realiza lo mismo una y otra vez y no puede pasar a otra actividad
  • Muestra un apego inusual a los juguetes, objetos o rutinas (por ejemplo, sostener un objeto siempre)
  • Pasa mucho tiempo poniendo cosas en fila o en orden determinado
  • Ecolalia (repite palabras o frases)

Otras conductas:

  • No juega a simular o a “hacer de cuenta” a los 18 meses
  • Tiene patrones de movimientos extraños
  • No sabe cómo jugar con juguetes
  • Camina en punta de pie
  • No le gusta treparse a las cosas o subir escaleras
  • No imita las caras o gestos
  • Parece estar mirando al vacío o deambular sin sentido
  • Es demasiado activo, poco cooperador o resistente
  • Sensibilidad al ruido

 

Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).

Fuentes:

  • Artículo: “Association between hypertensive disorders of pregnancy and risk of autism in offspring: a systematic review and meta-analysis of observational studies”. Oncotarget. 2018 Jan 2; 9(1): 1291–1301
  • Artículo: “Prevalence of autism spectrum disorders in Guanajuato, México: The Leon survey”. J Autism Dev Disord. 2016 May;46(5):1669-85
  • Instituto Nacional de la Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver
  • MedlinePlus