Insomnio, factor de riesgo para los intentos de suicidio
El insomnio es el trastorno de sueño más frecuente en la población, consiste en una reducción de la capacidad para dormir, se duerme poco y el sueño es de poca calidad. Este trastorno puede afectar de modo negativo la vida de la persona que lo padece, provocando deterioro social, ocupacional o de otras áreas. Existen diferentes tipos de insomnio:
- Insomnio de inicio: Problemas para conciliar el sueño en menos de 30 minutos.
- Insomnio de mantenimiento: Problemas para mantener el sueño, se producen despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración o despertando de manera precoz, consiguiendo sueño escaso.
- Insomnio agudo (de corta duración): Es más común y suele durar días o semanas. Las causas frecuentes incluyen estrés en el trabajo, presiones familiares o un evento traumático.
- Insomnio crónico: Dura un mes o más. Por lo general este tipo de insomnio es el síntoma o efecto secundario de algún otro problema.
Las horas de sueño necesarias varían según el segmento de población, la media diaria oscila entre siete y ocho horas y media. Las causas pueden ser médicas o externas, las primeras se refieren a enfermedades metabólicas y hormonales, neurológicas, reumatológicas, digestivas, cardiovasculares, aquellas que pueden interrumpir el sueño por dolor (como fibromialgia), que ocasionan la necesidad urgente de orinar (como infecciones renales), enfermedades psiquiátricas (como depresión, ansiedad, esquizofrenia, etc.) y enfermedades del sueño (como síndrome de apnea de sueño). Igualmente, algunas mujeres embarazadas o en la etapa de menopausia pueden tener dificultades para dormir.
Las otras causas (externas) suelen implicar factores ambientales, tales como malos hábitos de sueño, uso y abuso de sustancias (como cafeína, tabaco y alcohol) y medicamentos, trabajos por turnos, viajes frecuentes, entre otros. Es necesario identificar la causa e intervenir para solucionar el problema de sueño. En ocasiones, aunque se trate la causa principal el problema persiste, ya que el paciente se ve inmerso en un círculo vicioso en el que la ansiedad reduce la posibilidad de quedarse dormido. Es por eso que las personas con ciertas características de la personalidad, como mayor tendencia a la preocupación, tendencia pesimista, perfeccionistas y exigentes, son más vulnerables de entrar a este círculo.
Diversas investigaciones han indicado que el insomnio se asocia con ideación suicida. Un estudio de cohorte retrospectivo, realizado en Taiwán con el objetivo de analizar si el insomnio aumenta el riesgo de intentos de suicidio y verificar los efectos del insomnio en el riesgo de suicidio, rastreó la tasa de intentos de suicidio entre pacientes de 15 años o más con insomnio de 2000 a 2013. Según datos de la OMS, 800 mil personas en todo el mundo mueren por suicidio cada año, posicionándolo como la segunda causa de muerte entre personas de 15 y 29 años en todo el mundo.
En el estudio se encontró que el insomnio sigue siendo un factor de riesgo independiente para los intentos de suicidio después de los ajustes para los trastornos mentales, la dependencia del alcohol y la dependencia de drogas. El riesgo de intentos de suicidio en pacientes con insomnio y trastornos mentales fue 18 veces mayor que en pacientes sin insomnio y trastornos mentales. También se encontró que el riesgo de intentos de suicidio en pacientes con insomnio que ganan bajos niveles de ingresos fue 4,960 veces mayor que el de sus contrapartes.
Además, un estudio previo determinó que la fatiga resultante de los trastornos del sueño puede llevar a la desesperanza y disminuir el control de los impulsos, ambos factores de riesgo demostrados para el suicidio. Existen diversas investigaciones que señalan que el insomnio es un factor de riesgo para los intentos de suicidio y que aumentan el riesgo, así como los bajos ingresos, la dependencia a las drogas y los trastornos mentales. Es importante prestar atención a los pacientes que sufren de insomnio para evitar que otros factores compliquen la situación.
Si padece insomnio, consulte las siguientes recomendaciones que brinda el Instituto de Investigaciones del Sueño para combatirlo:
- Regular la hora de acostarse y levantarse.
- Evitar las siestas durante el día o pasar tiempo en la cama tratando de ‘compensar’ el déficit de sueño.
- Reducir las actividades que interfieren en el sueño.
- Asociar la cama y el entorno del dormitorio con la sensación se relajación y sueño, evite hacer ahí actividades que causen frustración.
- Acostarse sólo cuando tenga sueño.
- Levantarse de la cama si no puede conciliar el sueño después de 10 – 15 minutos de intentarlo e intente realizar una actividad relajante para volver a intentar dormir.
- Evitar ver la televisión, escuchar la radio, comer o leer en la cama.
- Mejorar el estilo de vida llevando una dieta saludable y realizando actividad física.
- Limitar el consumo de tabaco y de bebidas alcohólicas.
- Valorar las creencias y actitudes sobre el sueño, una preocupación excesiva por las consecuencias de no dormir adecuadamente puede alimentar el problema.
Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).
Fuentes:
- Artículo “Insomnia as an independent predictor of suicide attempts: a nationwide population-based retrospective cohort study”. BMC Psychiatry. May 2018; 18: 117
- Instituto de Investigaciones del Sueño (IIS)
- MedlinePlus.