La pérdida auditiva aumenta el riesgo de desarrollar demencia
La pérdida de audición y sordera son trastornos que dificultan escuchar, la sordera puede impedir que una persona escuche totalmente. Estos pueden ser causados por antecedentes familiares, enfermedades como infecciones de oído y meningitis (inflamación del tejido delgado que rodea el cerebro y la médula espinal), traumas, algunas medicinas, la exposición frecuente a ruidos fuertes, envejecimiento, entre otras causas. Este es uno de los trastornos más comunes que afectan a los adultos mayores, por lo general ocurre en ambos oídos, afectándolos al mismo tiempo y gradualmente. Problemas médicos como la presión arterial alta o la diabetes pueden contribuir a la pérdida de audición.
Existen dos tipos principales de problemas auditivos, el primero puede ocurrir cuando hay una lesión en el oído interno o en el nervio auditivo, por lo general este tipo es permanente. El segundo ocurre cuando las ondas de sonido no pueden llegar al oído interno, esto puede ocurrir por la acumulación de cera o por la perforación del tímpano. Si un problema auditivo no se trata, puede empeorar. Estudios han demostrado que se corre un mayor riesgo de desarrollar demencia.
La demencia y la pérdida de audición son consideradas enfermedades neurológicas cuya prevalencia es mayor en adultos mayores. Un análisis que tuvo como objetivo revisar la evidencia de pérdida de audición como un factor de riesgo para la demencia, incluyó 17 estudios prospectivos de cohortes e indicaron que la pérdida auditiva se asocia de forma independiente con una mayor incidencia de demencia o deterioro cognitivo.
Aún existen múltiples hipótesis sobre cómo la pérdida de audición se asocia con la demencia, tales como: la hipótesis de la carga cognitiva, la hipótesis psicosocial y la hipótesis de causa común o patología neurobiológica compartida. La revisión de la hipótesis de la carga cognitiva menciona que a medida que la audición disminuye, los recursos mentales se desvían u orientan hacia la percepción auditiva, es decir, las actividades cognitivas se descuidan continuamente a causa de la pérdida auditiva, pudiendo provocar trastornos mentales.
Otro estudio que revela la estrecha relación entre la pérdida de audición y el riesgo de desarrollar demencia, es un estudio científico francés que ha seguido a casi 3,800 personas durante un periodo de 25 años, el cual ha demostrado que las personas mayores que dicen tener pérdida de audición y no usan audífonos corren un riesgo mucho mayor de demencia. Los resultados previos de este estudio documentaron que los trastornos auditivos reportados están relacionados independientemente con la aceleración del declive cognitivo en adultos mayores. Un estudio australiano concluyó lo mismo, expresando que los hombres australianos mayores tenían un 69% de riesgo incrementado de demencia que los que no reportaban algún trastorno auditivo.
Si usted tiene dificultades para oír, lo más importante es que busque ayuda profesional, existen varios tipos de profesionales que le pueden ayudar, por ejemplo: un otorrinolaringólogo, un audiólogo o un especialista en audífonos. Cada uno es capaz de diagnosticar un problema de audición y ofrecer opciones de tratamiento.
Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).
Fuentes:
- Artículo: “Hearing loss as a risk factor for dementia: A systematic review”. (2017). Otology, Neurotology and Neuroscience
- National Institute on Deafness and Other Communication Disorders
- MedlinePlus
- Heart – it