La osteoporosis afecta a una de cada tres mujeres posmenopáusicas
La menopausia es la época de la vida de una mujer en la cual deja de tener menstruaciones, debido a que los ovarios dejan de producir estrógeno y progesterona. Esto es natural y se presenta con mayor frecuencia después de los 45 años. Si la mujer no presenta la menstruación durante un año, quiere decir que ha llegado a esta etapa de la menopausia. Existen cambios y síntomas que las mujeres pueden experimentar varios años antes, entre ellos:
- Cambio en las menstruaciones (Unas pueden ser más duraderas y otras no)
- Calores y/o sudoración nocturna
- Dificultad para dormir
- Sequedad vaginal
- Cambios de humor
- Dificultad para concentrarse
- Menos cabello y más vello facial
- Aumento de peso
El momento de la menopausia es diferente para cada mujer y los síntomas pueden variar. Esta etapa no puede prevenirse ni evitarse, pero existen tratamientos para aliviar los síntomas, tal es el caso de la terapia de reemplazo hormonal (TRH), el cual implica tomar hormonas sintéticas de estrógeno solo o estrógeno combinado con otra hormona. Este tratamiento no es para todas las mujeres, se debe hablar con el médico sobre los síntomas y considerar si es prudente usarlo. Estudios recientes sugieren que, para la mayoría de las mujeres, los riesgos de usar esta terapia pueden ser mayores que los beneficios.
Cuando más envejece la mujer, mayor es su riesgo de osteoporosis; y esto se vuelve aún mayor cuando se pasa por la menopausia. Cuando el nivel de estrógeno disminuye, pierde más hueso de lo que el cuerpo puede reemplazar, esto hace que los huesos sean más débiles, por ello es importante obtener suficiente calcio y vitamina D en la dieta.
La osteoporosis es una enfermedad que adelgaza, debilita los huesos y facilita la fractura de éstos. Se considera una afección silenciosa, ya que pueden pasar años para que se presenten síntomas o hasta que se rompa un hueso. Esta enfermedad afecta a una de cada tres mujeres posmenopáusicas.
Un metanálisis ha planteado la preocupación de que los suplementos de calcio, en particular cuando se administran sin vitamina D, se asocian con un mayor riesgo de infarto de miocardio. Algunos estudios epidemiológicos apoyan esta serie de análisis. Sin embargo, parece que este posible aumento del riesgo de eventos cardiovasculares no se observa con las fuentes alimenticias de calcio (a pesar de los beneficios similares en la densidad ósea), por lo tanto, las fuentes alimenticias de calcio pueden ser preferibles.
Estudios más recientes respaldan un consumo objetivo de 800 unidades internacionales (UI) de vitamina D por día con o sin suplementos de calcio adicionales, con una reducción significativa del 30% de las fracturas de cadera y una reducción significativa del 14% de cualquier fractura no vertebral. El Instituto de Medicina sugiere una ingesta diaria recomendada (RDI) de 800 mg / día para el calcio y 400 UI para la vitamina D a lo largo de la vida adulta y, para las mujeres mayores de 50 años, una cantidad diaria recomendada de 1000 mg / día para el calcio.
La mejor manera prevenir esta enfermedad es a través de una dieta saludable. Los productos lácteos proporcionan más calcio, proteínas, magnesio, potasio, zinc y fósforo por caloría que cualquier otro alimento. Se pueden obtener aproximadamente 250 mg de calcio de un vaso de leche de 200 ml, una porción de 180 g de yogur o 30 g de queso duro, lo que significa que el RDI para el calcio se puede obtener de solo tres a cuatro porciones de productos lácteos.
Estos estudios sugieren que el momento de la ingesta de proteínas de la leche después del ejercicio es importante para la salud ósea óptima. En mujeres posmenopáusicas de todas las edades, el consumo de queso blando fortificado con vitamina D y calcio aumentó la ingesta de proteínas y los niveles séricos de IGF-I, y redujo los niveles de PTH, isoforma de fosfatasa ácida (TRAP) 5b resistente a tartrato y teleopéptido reticulado del colágeno tipo 1 (CTX) (biomarcadores para la resorción ósea).
Pregunte a su médico las dudas que tenga y mencione los síntomas que ha experimentado para determinar el tratamiento y dieta adecuada. Informarse es el primer paso para que esta etapa no afecte su calidad de vida y se eviten enfermedades.
Revisores de la información: Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento) y Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Investigación en Salud Pública).
Fuentes:
- Artículo: “Nutrition and Bone Health in Women after the Menopause”. Women’s Health, 599–608. https://doi.org/10.2217/WHE.14.40
- American Academy of Family Physicians
- S. Department of Health & Human Services
- MedlinePlus