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Tasas de depresión aumentan significativamente después de la Parálisis Facial

Tasas de depresión aumentan significativamente después de la Parálisis Facial

La parálisis de Bell, que también se conoce como parálisis facial, puede suceder a cualquier edad. Las causas son desconocidas, usualmente está relacionada con la exposición a una infección viral. Sin embargo, también se ha determinado que es el resultado de la hinchazón e inflamación del nervio que controla los músculos de un lado de la cara, causando debilidad repentina y temporal en los músculos faciales. Los virus que son asociados a esta afección son los que causen aftas y herpes genital, varicela y culebrilla, mononucleosis infecciosa, infecciones por citomegalovirus, enfermedades respiratorias, rubeóla, paperas, influenza B, entre otras.

Los signos y síntomas pueden suceder repentinamente, algunos son:

  • Aparición rápida de debilidad leve a parálisis total en un lado del rostro, que puede ocurrir en cuestión de horas o días
  • Dificultad para hacer expresiones faciales, como cerrar un ojo o sonreír
  • Babeo
  • Dolor alrededor de la mandíbula o dentro o detrás de la oreja del lado afectado
  • Aumento de sensibilidad al sonido en el lado afectado
  • Dolor de cabeza
  • Disminución en la capacidad de saborear
  • Cambios en la cantidad de lágrimas y saliva producida

Esta condición puede generar un impacto significativo en el funcionamiento psicosocial y la calidad de vida de las personas, ya que los movimientos faciales tienen un papel importante en la capacidad funcional de un individuo. Afecta la comunicación no verbal, el cierre completo de los párpados, la competencia oral, la deglución, etc. Debido a los múltiples daños que se pueden ocasionar a causa de la parálisis, la terapia necesita ser multidisciplinaria, incluyendo inmunosupresores, antivirales, antibióticos, descompresión quirúrgica, neurorrafia, reanimación y medidas de protección corneal.

Dentro de las complicaciones que pueden surgir se encuentra la depresión, el tratamiento de la parálisis facial incluye una carga emocional y social. En un estudio de cohorte retrospectivo que tuvo como objetivo determinar si los pacientes con parálisis facial se deprimen a una tasa más alta en comparación con controles pareados (personas a quienes se selecciona de tal manera que resulten similares al grupo de estudio).

Los resultados mostraron que aproximadamente 57,941 pacientes fueron identificados con parálisis facial, de acuerdo con la Clasificación Internacional de Enfermedades. Entre niños y adultos sin un diagnóstico de depresión, se determinó que el 6,4% (285) y el 9,7% (4733), respectivamente, tenían un diagnóstico de depresión dentro de los 2 años posteriores al diagnóstico de parálisis facial.

Esto demuestra que debe prestarse atención a las complicaciones que pueden tener algunos pacientes, como el riesgo de tener depresión continua o recurrente durante su tratamiento. Existen diversos factores que pueden asociarse al desarrollo de la depresión, pero las tasas aumentan significativamente y se demostró que después de la parálisis facial hay factor de riesgo tanto en poblaciones adultas como pediátricas.

Revisores de la información: Brenda Giselle Álvarez Rodríguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).

Fuentes:

  • Mayo Foundation for Medical Education and Research.
  • Artículo: “Depression Rates After Facial Paralysis”. Saadi R, Shokri T, Schaefer E, Hollenbeak C, Lighthall JG. Ann Plast Surg. 2019 Aug;83(2):190-194. doi: 10.1097/SAP.0000000000001908.