¿Sabes qué hacer en un caso de asfixia?
La asfixia se presenta cuando una persona no puede respirar debido a que la garganta o tráquea (vía aérea) se bloquean con algún alimento, juguete u otro objeto, evitando que el oxígeno llegue a los pulmones. Esto puede ocasionar daño cerebral si no se aplican los primeros auxilios durante los 4 y 6 minutos de haber presentado la obstrucción.
Se han mencionado algunos factores de riesgo, puesto que cualquier persona puede sufrir asfixia, hay algunos grupos de adultos que corren un mayor riesgo de atragantamiento de alimentos, por ejemplo: personas en estado de ebriedad, personas mayores, pacientes con medicamentos psicotrópicos, adultos con afecciones neurológicas como accidente cerebrovascular, enfermedad de las neuronas motoras, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington o esclerosis múltiple; personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y personas con disfagia (dificultad para tragar).
Un estudio tuvo como propósito llevar a cabo una revisión integradora de investigaciones originales publicados entre 1977 y 2017 en 17 países, sobre asfixia fatal y no fatal ocasionada por alimentos en poblaciones adultas, se buscaron en bases de datos las investigaciones y se extrajeron datos sobre las características de los estudios y factores que conducen a este tipo de incidentes, acciones realizadas después de la asfixia y sus impactos.
De los 52 estudios analizados, solo el 69.2% los autores incluyeron una definición detallada de la asfixia y eran investigaciones del área médica o forense; otros autores utilizaron términos menos definidos de naturaleza descriptiva, transmitiendo sólo el proceso de la asfixia o aspectos que la componen, esto fue encontrado en investigaciones que no implicaban el registro médico.
Entre los alimentos que se encontraron con relación a los incidentes de asfixia se incluían: varios tipos de carne, pan o sándwiches, frutas y verduras. El tamaño, la consistencia, la textura y la temperatura de los alimentos no se describieron en la mayoría de los estudios, en los que si se llegó a mencionar se describieron alimentos blandos, sólidos, picados en pequeñas porciones, purés, desmenuzados, calientes y tamaños de porción grandes.
Los estudios en los que se analizaron los casos de asfixia en adultos mayores, se mencionó que los alimentos texturizados como puré o carne molida, resultaron ser asociados en un 61% de los incidentes. Otro dato interesante fue en análisis de las personas que estuvieron presentes durante la asfixia, resultado que en algunos informes la persona estaba sola en el momento del incidente, en la mayoría de los estudios se notificó que había personal de atención médica, trabajadores, paramédicos, familiares, entre otros.
Entre las acciones que se tomaron al momento de la asfixia se encontraron: colocar a la persona en “posición de recuperación”, llamando a los servicios de emergencia, el barrido de dedos, la maniobra de Heimlich, la “maniobra de la mesa”, los impulsos abdominales, la succión mecánica combinada con el barrido de dedos, reanimación pulmonar, entre otras. Pocos estudios proporcionaron información sobre el impacto que tuvo este incidente en la vida de las personas, como el shock o trauma, sentimientos de miedo, ansiedad o preocupación porque volviera a ocurrir ese hecho.
Parte de los factores de riesgo incluye el desconocimiento sobre la asfixia y cómo reaccionar ante ésta, las siguientes recomendaciones pueden ayudar a salvar la vida de la persona:
- NO se debe tratar de sacar el alimento u objeto que esté ocasionando la asfixia, esto puede generar que se introduzca más en las vías respiratorias, solamente si se ve el objeto en la boca se puede tratar de sacar.
- Llame a servicios de emergencia y administre los primeros auxilios y RCP (Reanimación cardiopulmonar):
- Voltee a la persona boca arriba en una superficie dura, manteniéndole la espalda en posición recta y sosteniéndole la cabeza y el cuello con firmeza, posteriormente descubra el pecho de la persona.
- Abra la boca de la persona con los dedos pulgar e índice, colocando el pulgar sobre la lengua y el índice por debajo de la barbilla. Si usted puede ver el objeto y no está atorado, retírelo.
- Si usted no ve un objeto, abra la vía aérea de la persona levantando la barbilla mientras inclina la cabeza hacia atrás.
- Ponga el oído cerca de la boca de la persona y observe el movimiento del pecho. Mire, escuche y sienta buscando señales de respiración durante 5 segundos.
- Si la persona está respirando, aplique los primeros auxilios en caso de pérdida del conocimiento.
- Si la persona no respira, comience la respiración de rescate. Mantenga la cabeza de la persona en una posición fija y cierre las fosas nasales de la persona apretándolas con el pulgar y el índice y cubra la boca de la persona firmemente con su boca. Lentamente sople dos respiraciones completas con una pausa entre las respiraciones.
- Si el pecho de la persona no se levanta, acomode de nuevo la posición de la cabeza y dé dos respiraciones más.
- Si el pecho sigue sin elevarse, la vía aérea probablemente está bloqueada y necesita comenzar la RCP con compresiones de pecho. Las compresiones pueden ayudar a liberar la obstrucción.
- Realice 30 compresiones en el pecho, abra la boca de la persona para buscar un objeto. Si puede ver el objeto y no está atorado, retírelo.
- Si se retira el objeto, pero la persona no tiene pulso, inicie la RCP con compresiones en el pecho.
- Si usted no puede ver un objeto, realice dos respiraciones de rescate más. Si el pecho de la persona todavía no se levanta, continúe con los ciclos de compresiones en el pecho, buscando el objeto y las respiraciones de rescate hasta que llegue la ayuda médica o la persona comience a respirar por sí misma.
Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).
Fuentes:
- Artículo: “Dying for a Meal: An Integrative Review of Characteristics of Choking Incidents and Recommendations to Prevent Fatal and Nonfatal Choking Across Populations”. American Journal of Speech-Language Pathology. Bronwyn Hemsley, Joanne Steel, Justine Joan Sheppard, Georgia A. Malandraki, Lucy Bryant and Susan Balandin. https://doi.org/10.1044/2018_AJSLP-18-0150
- Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU.