Principales zoonosis parasitarias
Los parásitos son seres vivos que pueden vivir dentro de otros seres vivos, se pueden contraer por medio de los alimentos o el agua contaminada, la picadura de un insecto o por contacto sexual y pueden causar enfermedades parasitarias. Éstas son frecuentes en las zonas rurales o en desarrollo de países que se encuentran en África, Asia y América Central y del Sur. Debido al aumento de la migración, el comercio internacional y factores ambientales, las interacciones entre los humanos y animales están cambiando, llegando a desarrollar las infecciones parasitarias zoonóticas.
Las enfermedades tropicales desatendidas (ETD) como las infecciones por nematodos intestinales, la leishmaniasis, la esquistosomiasis y la filariasis linfática deben priorizarse, así como la carga de la enfermedad de la criptosporidiosis, de acuerdo con la OMS.
En estudios recientes, las estimaciones muestran que hasta una cuarta parte de los niños con diarrea están infectados comórbidamente con Cryptosporidium (causante de la Criptosporidiosis), que se asocia con períodos más largos de diarrea, desnutrición, tasas de mortalidad más altas y compromiso inmunológico. Los principales métodos de propagación de Cryptosporidium spp., es a través de los patógenos que viven en cuerpos de agua que luego entran en contacto con los humanos por ingestión directa al beber o lavar los alimentos con agua infectada.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la transmisión de C. parvum y C. hominis (las dos especies principales que afectan a los humanos) ocurre principalmente a través de beber o comer agua / alimentos contaminados donde se ingieren oocistos (zigotos encapsulados) de paredes gruesas, lo que permite más maduración de parásitos en los intestinos y reproducción en oocistos de paredes delgadas autoinfecciosas y oocistos de paredes gruesas que pasan a través de las heces hacia el medio ambiente.
Con respecto a la prevalencia global, las Infecciones intestinales por nematodos son más frecuentes en Asia con aproximadamente el 67% de los casos. Los métodos por los cuales se propagan estas enfermedades pueden ser: corrientes de agua, lluvia, animales y migración humana en medio de saneamiento público e infraestructura inadecuados. Los huevos pueden sobrevivir de meses a años en el medio ambiente y con la adición de huéspedes mamíferos se hace posible la propagación de una variedad más amplia de zoonosis.
La mayoría de los países tropicales están en riesgo de leishmaniasis endémica con posibilidad de diseminación, considerando que el vector primario es la flebotomina, que tiene más de 30 especies y no respeta las fronteras internacionales del país. La forma más común de leishmaniasis es la cutánea y se presenta con llagas en la piel, que pueden ser dolorosas y hasta provocar disminución de la calidad de vida de las personas. La leishmaniasis visceral tiene una tasa de morbilidad mucho más alta que la cutánea y el ciclo de vida parasitario puede propagarse sin la presencia de humanos, con roedores y perros capaces de actuar como receptores de esta afección.
La esquistosomiasis, tiene dos etapas principales, la crónica y la aguda. La etapa aguda generalmente se presenta en personas sin patógenos como un conjunto de síntomas conocidos como síndrome de Katayama. Conforme pasa el tiempo, los gusanos se refugian en el sistema portal hepático, causando otras enfermedades con síntomas paralizantes que van desde la organomegalia / cirrosis hasta el sangrado gastrointestinal (hematuria por S. haematobium) y anemia. Los patógenos causantes de esta enfermedad se encuentran principalmente en África, Caribe y Medio Oriente.
Al final de la lista de las cinco primeras enfermedades parasitarias de la Carga Mundial de Morbilidad, según lo calculado por Hotez et al. (2014) es la Filariasis linfática (LF). La enfermedad se encuentra dentro de los trópicos, específicamente en el este / sudeste de Asia, Oceanía, África y América del Sur, con muchas especies de mosquitos diferentes capaces de funcionar como vectores.
Existen muchas otras infecciones que pueden prevenirse con recomendaciones sencillas y globales, como lo son:
- Lavarse las manos con agua y jabón. Sobre todo las personas que preparan alimentos para otros (por ejemplo, los trabajadores de un restaurante) deben tener especial cuidado al lavarse las manos, ya que pueden transmitir la infección a muchas personas. Lavarse las manos es importante en las siguientes situaciones:
- Después de usar del inodoro
- Después de cambiar los pañales de un bebé o de limpiar a un niño que ha utilizado el inodoro
- Antes, durante y después de cocinar o manipular los alimentos
- Antes de comer alimentos
- Antes y después de atender a una persona que está enferma
- Antes y después de tratar un corte o una herida
- Después de tocar un animal o sus residuos
- Asegurarse beber agua no contaminada, sobre todo si se está en zonas rurales.
- Tener precaución al comer mariscos.
- Lavar frutas y verduras.
- Usar protección durante las relaciones sexuales, sobre todo las que impliquen contacto entre boca y ano.
- Asegurarse de no nadar en zonas marítimas contaminadas.
Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodríguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).