Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos
Hoy en día la resistencia a los antibióticos es una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el mundo nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. Es por eso que del 13 al 19 de noviembre se celebra la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos, con el objetivo de que la población se asesore adecuadamente antes de tomarlos, ya que éstos son un recurso muy valioso y puede haber resistencia a ellos si no se utilizan responsablemente.
Mediante un buen uso, todos obtendrán mejores tratamientos y además, contribuirán a reducir la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos, es decir, que las bacterias muten en respuesta al uso de estos medicamentos. En primera instancia, los antibióticos son fármacos utilizados para prevenir y tratar las infecciones BACTERIANAS, no combaten infecciones causadas por virus. Son las bacterias las que se vuelven resistentes y no los seres humanos ni los animales. Al ocurrir esto, las bacterias ahora farmacorresistentes, pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales, haciéndose más complicada la enfermedad.
Algunas de las enfermedades infecciosas que se han vuelto más difíciles de tratar (en algunos casos es imposible) por la pérdida de eficacia de los antibióticos son: la neumonía, la tuberculosis, la septicemia (infección en la sangre) o la gonorrea. El que estos medicamentos se puedan adquirir sin receta médica, ya sea para uso humano o veterinario, provoca la aparición y propagación de la farmacorresistencia. Si no se toman las medidas necesarias en un futuro los antibióticos no servirán ni para tratar las infecciones más comunes, volviéndolas potencialmente mortales.
El impacto de esta resistencia va más allá, cuando ya no se pueden tratar las infecciones con los antibióticos de primera línea es necesario emplear fármacos más costosos. La enfermedad se puede prolongar así como el tratamiento, lo cual conlleva al incremento de los servicios hospitalarios y de la atención sanitaria, la carga económica para las familias y la sociedad.
¿Qué podemos hacer por parte de la población?
- Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.
- No automedicarse y no demandar antibióticos si los profesionales dicen que no son necesarios.
- Seguir siempre las instrucciones brindadas por los profesionales sanitarios. No interrumpa el tratamiento ni lo prolongue, la duración idónea del tratamiento antibiótico se ha estudiado ampliamente para proporcionarlo solamente el tiempo justo para matar todas las bacterias.
- No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otras personas.
- No tomar el mismo tratamiento de otra persona aunque hayan tenido el mismo diagnóstico, recuerda que cada organismo es y reacciona diferente.
- Prevenir las infecciones lavándose las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto íntimo con enfermos, cuidándose al tener relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.
¿Qué se puede hacer por parte de los profesionales de la salud?
- Evitar las infecciones teniendo el instrumental, las manos y el entorno limpio.
- Prescribir y suministrar antibióticos solo cuando sean necesarios y conforme a las normas en vigor.
- Notificar las infecciones resistentes a los antibióticos a los equipos de vigilancia.
- Informar a los pacientes sobre cómo tomar los antibióticos correctamente.
- Añadir recomendaciones e información de cómo se pueden prevenir las infecciones (por ejemplo: vacunándose, lavándose las manos, cubriéndose la boca, usar preservativos, entre otras medidas)
Para evitar y disminuir la resistencia a los antibióticos se requiere esfuerzo por parte de toda la población, siga las instrucciones de su médico y tome las medidas necesarias para evitar enfermedades. No retrocedamos en el tiempo y no causemos que una enfermedad común se vuelva mortal.
Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).
Fuentes: OMS.