Riesgos del mercurio en la práctica odontológica
El mercurio es uno de los diez grupos de productos químicos con mayores repercusiones en la salud pública, según la OMS. Este elemento (hg) está presente de forma natural en el aire, el agua y el suelo y es una sustancia tóxica con efectos nocivos para el ser humano, en especial para las embarazadas, los lactantes y los niños. Diversos productos contienen cantidades variables de mercurio, como las pilas, termómetros, barómetros, interruptores, bombillas, cosméticos, productos farmacéuticos y amalgama dental.
La amalgama dental es utilizada para la restauración dental, por ejemplo para los empastes. Es utilizado en todo el mundo y es de la preferencia de la mayor parte, por ser más accesible que otros materiales. La OMS ha recomendado la eliminación de la amalgama dental y el cambio a materiales alternativos, pero esto implica una elevación en los costos para los países de ingresos medios y bajos.
Estudios realizados desde 1982 han demostrado que los que trabajan con este tipo de material (amalgama dental), se han expuesto a este elemento (hg). En dentistas escoceses, se encontraron concentraciones más altas (cuatro veces más del nivel normal) de mercurio en la orina que la población promedio, y esto ha desencadenado consecuencias, tales como: alteraciones reproductivas y alergias (1991); problemas neurológicos y/o cognitivos (1982); y fibromialgia y síndrome de fatiga crónica (1999, 2013, 2014 y 2018). Dos encuestas noruegas de asistentes dentales informaron pérdida de memoria, problemas de concentración, síntomas psicosomáticos, trastornos del sueño, fatiga y otros signos de disfunción cognitiva (Moen et al., 2008, Hilt et al., 2009).
Diversos países han optado por prohibir el uso de este material, como Noruega y Suecia; en otros ha disminuido su uso a menos del 5%, como es el caso de Dinamarca, Finlandia, Estonia e Italia; en Suiza y Japón el uso del material de relleno está a punto de ser prohibido; en Francia se ha optado por considerar alternativas libres de mercurio; y en Finlandia, Austria, Alemania y Canadá se ha reducido el uso de la amalgama en niños, mujeres embarazadas y personas con problemas renales.
Este elemento (hg) también es utilizado en diversas aplicaciones domésticas e industriales. El líquido de mercurio, a temperatura ambiente, no se absorbe en el tracto intestinal sino que se evapora y de esta manera se puede inhalar con facilidad. Una vez que se absorbe puede atravesar la placenta y las barreras del cerebro y la sangre, pudiendo permanecer en el cerebro durante años. La amalgama dental, emite vapor de Hg y al ser inhalado se absorbe y pasa al torrente sanguíneo. Los primeros síntomas de intoxicación crónica por vapor de Hg incluyen debilidad, fatiga, anorexia y pérdida de peso.
El personal que se desarrolla en el área de odontología y trabaja con amalgamas, está expuesto a mayores concentraciones de mercurio que la población promedio. Entre las consecuencias que se han evidenciado con mayor frecuencia, se encuentran los problemas de salud en el sistema nervioso central. Si bien, las prácticas higiénicas han mejorado con los años, es necesario que se tomen medidas ya que puede haber personas especialmente sensibles a la toxicidad de Hg, lo primordial es proteger la salud humana y el medio ambiente.
Revisores de la información: Brenda Giselle Alvarez Rodriguez (Unidad de Investigación en Salud Pública) y Cassandra Saldaña Pineda (Unidad de Administración del Conocimiento).
Fuentes:
- Artículo “Mercury exposure and health impacts in dental personnel”. Environmental Research. Volume 164, July 2018, Pages 65-69.
- Artículo “Elemental mercury neurotoxicity and clinical recovery of function: A review of findings, and implications for occupational health”. Environmental Research. Volume 163, May 2018, Pages 134-148
- American Dental Association
- OMS